Diagnostico
(National
Institute of Mental Health) Los médicos diagnostican el síndrome
de Tourette luego de asegurarse que el paciente ha padecido de tics vocales o
motores durante por lo menos un año. La existencia de otras condiciones
neurológicas o siquiátricas también puede ayudar a los médicos a hacer el
diagnóstico. Los tics más comunes rara vez son mal diagnosticados por médicos
competentes. Sin embargo, la presencia de síntomas atípicos o la presentación
atípica de síntomas (por ejemplo, la aparición de síntomas en la edad adulta),
podrían requerir de la ayuda de especialistas para lograr un diagnóstico. El
diagnóstico generalmente no requiere de exámenes de sangre o de laboratorio
sino de estudios utilizando técnicas de diagnóstico por imagen, tales como la
resonancia nuclear magnética, la tomografía computarizada y el
electroencefalograma, además de ciertos exámenes de sangre que pueden
utilizarse para descartar la existencia de otras condiciones médicas que
podrían confundirse con el síndrome de Tourette.
No es infrecuente que los pacientes sean diagnosticados oficialmente con
el síndrome de Tourette sólo después de haber presentado síntomas durante mucho
tiempo. Esto obedece a muchas razones. Para los familiares y los médicos que no
conocen bien el síndrome de Tourette, los síntomas como los tics leves e
incluso los moderados pueden considerarse como irrelevantes, como parte de una
fase de crecimiento o como resultado de alguna otra condición médica. Por
ejemplo, algunos padres pueden pensar que el parpadeo de ojos está relacionado
con problemas de la vista o que el olfateo es producido por alergias en ciertas
estaciones del año. Algunos pacientes logran auto-diagnosticarse después de que
ellos, sus padres, sus parientes o sus amigos leen o escuchan información sobre
el síndrome de Tourette.
Estos incluyen trastornos de movimientos involuntarios que se inician en
la niñez, tales como la distonia, o trastornos siquiátricas caracterizados por
comportamientos o movimientos repetitivos (por ejemplo, el comportamiento
estereotipado del autismo y el comportamiento compulsivo del trastorno
obsesivo-compulsivo).
Causas
Según (Natalia Bermejo Rubio en el año 2018) la
causa del síndrome de Tourette es desconocida, las investigaciones actuales
revelan la existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro
(incluyendo los ganglios basales, lóbulos frontales y corteza cerebral), los
circuitos que hacen interconexión entre esas regiones y los neurotransmisores (dopamina,
serotonina y norepinefrina) que llevan a cabo la comunicación entre las células
nerviosas. Dada la presentación frecuentemente compleja del síndrome de
Tourette, la causa del trastorno seguramente es igualmente compleja.
Se sabe que este trastorno
es hereditario y que
una persona con el síndrome tiene un 50% de posibilidades de transmitírselo a
uno de sus hijos, aunque heredar la predisposición genética no significa
padecer todos los síntomas de la enfermedad. El hijo o hijos afectados pueden
presentar una serie de tics de carácter leve, un comportamiento
obsesivo-compulsivo, un déficit de atención sin tics, o podrían incluso no
desarrollar ningún síntoma apreciable. En algunos casos no se puede evidenciar
la herencia genética y se considera que el trastorno tiene un origen
desconocido.
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